Halloween, el origen. Distintas celebraciones y creencias en el mundo

Halloween, o también conocido como la Noche de los Muertos, es una celebración internacional celebrada el 31 de octubre, víspera de la fiesta cristiana conocida como el Día de todos los Santos. Se celebra en países como Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda o Canadá, aunque también se festeja en lugares como España o Latinoamérica.

Halloween o la Noche de los Muertos

La palabra Halloween tiene su origen en torno al año 1745 y proviene o bien del escocés, o bien del inglés antiguo (All Hallows).

Se cree que esta tradición proviene de los países de habla celta, algunos de ellos de carácter pagano.

Samhain, nombre céltico que se le da a la festividad y que deriva del irlandés antiguo, significa fin del verano. Para los antiguos celtas esta fecha coincidía con el fin de la mitad estival del año y el inicio de la mitad invernal. Según la creencia se celebraba una asamblea entre los vivos y los muertos, además del final de la temporada de cosechas. De hecho, era considerado como el Año nuevo Celta.

Los celtas creían que en estas fechas la línea entre los vivos y los muertos se estrechaba invitando a los ancestros familiares y alejando a los espíritus dañinos. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu para evitar ser dañado.

Otra práctica común era la adivinación, que a menudo implicaba el consumo de alimentos y bebidas, e incluso en Asturias se celebraban banquetes en las tumbas de los antepasados.

Una vez el Imperio romano conquistó las tierras celtas tomaron esta tradición y la mezclaron con la suya propia llamada Pomona, que se celebraba por las mismas fechas.

Según la tradición cristiana no existía un día concreto para celebrar el día de Todos los Santos, de tal forma que las conmemoraciones de todos los santos y mártires eran celebradas por varias iglesias en diferentes fechas, principalmente en la primavera. Un trece de mayo del año 609, el papa Bonifacio IV dedicó el Panteón en Roma a “Santa María y todos los mártires”, aprovechando la festividad de Lemuralia (un antiguo festival romano de los muertos). En el 835, el Día de todos los Santos se cambió oficialmente del trece de mayo al uno de noviembre, la misma fecha que Samhain, a instancias del papa Gregorio IV.

Algunos sugieren que esto se debió a la influencia celta, mientras que para otros fue una idea germánica. En cualquier caso, tanto los pueblos germánicos como los de cultura celta conmemoraban a los difuntos a principios de invierno, probablemente porque observaban que era el momento de “morir” en la naturaleza. También se sugiere que el cambio se realizó “por razones prácticas de que Roma en verano no podía acomodar a la gran cantidad de peregrinos que acudían a ella”.

En 1840 la celebración llegó a Estados Unidos donde se quedó muy arraigada entre la población, y gracias a los inmigrantes irlandeses se expandió por el Nuevo Mundo. De hecho, fueron ellos los que promovieron la costumbre de vaciar y tallar las calabazas, inspirada en la leyenda de Jack el Tacaño.

Fue en 1921 cuando empezó a celebrarse masivamente. Ese mismo año se celebró un desfile de Halloween en Minnesota, y gracias a esto le siguieron diferentes estados por todo el país. La internacionalización se produjo entre finales de los 70 y principios de los 80 gracias al cine y las series de televisión. En 1979 se estrenaba en Estados Unidos y en todo el mundo la película Halloween, dirigida por John Carpenter, que supuso una referencia para el cine de terror de años posteriores.

Actualmente, Halloween es una de las festividades más importantes tanto en EEUU como en Canadá. Por otro lado, en muchos países europeos se ha importado esta tradición gracias en gran parte a la globalización.

Truco o Trato

Originalmente el truco o trato es una leyenda de origen celta, en ella se narra cómo no solo los espíritus de los difuntos eran libres de vagar por la Tierra, sino toda clase de espíritus de todo tipo y poder, procedentes de otros “reinos espirituales”.

De entre todos ellos destacaba un espíritu llamado Jack-o’-lantern, que vagaba entre las casas pidiendo “truco o trato”, a lo que todo el mundo aconsejaba escoger el trato como mejor opción ya que, en el caso de escoger truco, el espíritu echaría una maldición sobre la casa, causando todo tipo de horrores a sus residentes. Como manera de protegerse comenzaron a vaciar calabazas tallando rostros horrorosos con la intención de ahuyentar a Jack-o’-lantern.

En castellano se ha generalizado la traducción de “truco” en castellano por el inglés “trick” y “trato” literalmente por “treat”. En el caso del “Trick-or-treating” no se trata de un truco propiamente dicho, sino más bien de un susto o una broma, por lo que una traducción más exacta sería, por ejemplo, “susto o dulce” o “travesura o dulce”. (En inglés treat, entre otras cosas, significa “golosina”).

Todas estas leyendas han dado lugar a la tradición de que los niños se disfracen siguiendo una temática terrorífica o de miedo (brujas, vampiros, zombis…), todo ello con la intención de ir de casa en casa tocando los timbres para decir la consigna “trick or treat”. Tras esto los adultos que viven ahí aceptan el trato dándoles caramelos a cambio, y en el caso de negarse, los niños les gastarán una broma, como por ejemplo tirar huevos a la puerta. Todo esto haciendo referencia a Jack-o’-lantern y su modus operandi.

Por otro lado, en México en vez de decir “truco o trato” dicen ¿me da usted mi calaverita?, ya que ahí es muy común entregar dulces con forma de calavera en vez de golosinas.

Jack O’ Lantern

Existe un relato popular irlandés que habla de Jack, un irlandés tacaño con fama de borracho y de quien se decía que era muy mala persona. El diablo, a quien llegó el rumor de su alma tan oscura, fue a comprobar si era un rival a su altura en cuanto a maldad se refiere. Disfrazado como un hombre normal viajó a su pueblo, le encontró en el bar y se puso a beber con él durante largas horas, revelando su identidad tras ver que en efecto Jack, era un auténtico malvado. Cuando Lucifer le dijo que venía a llevárselo para hacerle pagar por sus pecados, Jack le pidió que bebieran juntos una ronda más como última voluntad. El diablo se lo concedió, pero al ir a pagar se dieron cuenta de que no tenían dinero, así que Jack retó a Lucifer a convertirse en una moneda para demostrar sus poderes. Satanás lo hizo, pero en lugar de pagar con la moneda, Jack la metió en su bolsillo donde llevaba un crucifijo de plata el cual le impedía salir de allí. Al ver esto, el diablo ordenó al granjero que le dejara libre, pero Jack respondió que no lo haría a no ser que prometiera volver al infierno y no molestarle durante diez años.

Pasado ese tiempo, el diablo apareció de nuevo en casa de Jack para llevárselo al inframundo, pero de nuevo Jack pidió un último deseo, en este caso, que Lucifer cogiera una manzana situada en lo alto de un árbol para así tener una última comida. Lucifer accedió, pero cuando estaba trepando el árbol, Jack talló una cruz en su tronco para que de nuevo no pudiera escapar. En esta ocasión pidió no ser molestado en otros diez años, además de una nueva condición: que el diablo no pudiese reclamar nunca más su alma para el inframundo. Satanás aceptó y Jack se liberó de nuevo.

Su destino no fue mejor ya que a los pocos años Jack murió de forma natural, y cuando se dispuso a ir al cielo fue detenido en las puertas de San Pedro ya que no podían aceptarlo por su mala vida, siendo enviado al infierno. Para su desgracia allí tampoco podían aceptarlo debido al trato que había realizado con el diablo, quien de paso le expulsó de su reino arrojándole unas ascuas ardientes, las cuales el granjero atrapó con un nabo hueco, mientras burlonamente agradecía la improvisada linterna que así obtuvo. Condenado a deambular por el mundo, anduvo sin más luz que la de la linterna en un eterno vagar entre los reinos del bien y del mal. Con el paso del tiempo Jack el Tacaño fue conocido como “Jack el de la Linterna” o “Jack of the Lantern”, nombre que se abrevió a “Jack O’Lantern”. Esta es la razón por la que se usan nabos (y más tarde calabazas, al imitar con su color el resplandor de las ascuas además de ser más fáciles de tallar) para alumbrar el camino a los difuntos en Halloween, y también el motivo por el que se decoran las casas con estas figuras horrendas (para evitar que Jack llamara a la puerta de las casas proponiendo “truco o trato”).

Comidas típicas de Halloween

Una de las comidas más típicas en Halloween son las manzanas, sobre todo porque su recogida es en las mismas fechas. Estas suelen ir bañadas en caramelo o azúcar. Sin embargo, este postre dejó de hacerse por la falsa creencia de que algunas personas les incrustaban clavos con la intención de dárselo a los niños. Todo este bulo fue aún más hablado debido a los medios de comunicación, provocando la pérdida paulatina de esta costumbre.

Por otro lado, Irlanda aún conserva el pastel de frutas como plato típico, y al igual que en el Roscón de Reyes (tan típico en España), también le meten objetos dentro de la masa antes de su horneado. En este caso suelen colocarse un anillo y una moneda.

Tradiciones similares en España para Halloween

Debido a las conexiones con la cultura celta en España tenemos fiestas muy similares a Halloween como las meigas y la Santa Compaña de Galicia. En Asturias durante el siglo XVIII los niños llevaban lámparas y pedían comida en las puertas de las casas. En el interior de la península se tiene constancia de tradiciones muy similares en pueblos como Canencia, El Vellón o Manzanares el Real. En muchos pueblos esa noche solo estaba iluminada por las calabazas y las hogueras.

Para hacer estas decoraciones se solían utilizar calabazas, aunque también se hacían con calabacines, botijos u ollas. En pueblos mediterráneos era muy común tallar caras en sandías y prender una vela dentro.

Era una costumbre de muchos pueblos madrileños tocar la campanilla durante esa noche hasta la madrugada, y en muchas ocasiones la gente iba vestida de negro. Se llevaban a los cementerios luces para “guiar” a los muertos y se limpiaban las tumbas. En las afueras de Soria (Castilla y León), se celebra una procesión muy famosa llamada “Ritual de las Ánimas”, en el que las personas cantan por la noche mientras llevan en las manos velas protegidas por botes, calabazas o cacharros de barro agujereados para finalmente hacer una gran hoguera. Esta tradición fue representada por Gustavo Adolfo Bécquer en su cuento de terror “El monte de las ánimas” (1862).

Muchas de estas tradiciones paganas convivían con otras religiosas, principalmente cristianas, como el Día de Todos los Santos (uno de noviembre). Sin embargo, en épocas en las que hubo gobiernos fuertemente religiosos, como en la dictadura de Franco, se buscó que la Iglesia tuviera el monopolio de este tipo de celebraciones.

En estas fechas son muy típicos platos como los buñuelos de viento o los huesos de santo.

Día de los Muertos (México)

El Día de Muertos es el equivalente a Halloween, pero celebrado en México, con sus rituales y tradiciones propios. En este caso se celebra la noche del uno al dos de noviembre, en la que también se honra la memoria de los muertos. Tiene su origen en la fusión de las celebraciones católicas y las diversas costumbres de los indígenas mexicanos.

Aunque es una tradición principalmente mexicana también se celebra en otros países de Latinoamérica como Bolivia, Perú, Ecuador o Guatemala y en menor grado en regiones de América Central o del Sur. Como curiosidad cabe destacar que en el año 2008 la festividad fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por medio de la Unesco.

Esta tradición se viene celebrando incluso antes del Descubrimiento de América por parte de los europeos.

Las principales civilizaciones representativas del área mesoamericana, como los aztecas y mayas, desarrollaron una rica tradición alrededor del culto de los antepasados y de la muerte en sí misma. Ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido, y no por su comportamiento en la vida.

Cuando los españoles llegaron a América en el siglo XV, trajeron sus propias celebraciones para conmemorar a los difuntos, en concreto el Día de Todos los Santos. Al convertir a los nativos del Nuevo Mundo, se dio lugar a una fusión entre las tradiciones europeas y prehispánicas, haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas, con el festival mesoamericano, dando lugar al actual Día de Muertos.

Otros factores influirían en las actuales costumbres del Día de Muertos; en el centro del país, las epidemias que afectaron durante siglos a la Ciudad de México llevaron a la creación de cementerios fuera de la ciudad. Finalmente, hacia 1861 el gobierno comenzó a hacerse cargo de los entierros, y hacia 1859 se consolidó la costumbre de adornar las tumbas con flores y velas y visitar los panteones los días uno y dos de noviembre. La clase alta visitaba los panteones por las mañanas y los pobres por la tarde. La clase alta aprovechaba estos días para estrenar sus prendas negras que preparaban con antelación para lucirlas en los panteones.

Día de los muertos, patrimonio de la humanidad

El 7 de noviembre de 2003 la Unesco declaró el Día de Muertos como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Por lo tanto, la Unesco reconoce esta festividad como “una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas del país”.

En el documento también se destaca “ese encuentro anual entre las personas que la celebran y sus antepasados, desempeña una función social que recuerda el lugar del individuo en el seno del grupo y contribuye a la afirmación de la identidad”. Además: “la tradición no está formalmente amenazada, su dimensión estética y cultural debe preservarse del creciente número de expresiones no indígenas y de carácter comercial que tienden afectar su contenido inmaterial”.

Costumbres de Halloween

Calaveras

  • Rimas: también llamadas “calaveras literarias”, son epitafios humorísticos de personas aún vivas que constan de versos donde la muerte personificada bromea con personajes de la vida real, haciendo referencia a alguna característica peculiar de la persona en cuestión. Finalizan con frases donde se expone que se lo llevará a la tumba. Es muy común dedicar este tipo de calaveras a personajes públicos, en especial a políticos en el poder.
  • Grabados: impresiones generalmente realizadas por José Guadalupe Posada que, aunque no las dibujó específicamente para el Día de Muertos, eran caricaturas con las que colaboraba en diferentes publicaciones de principios del siglo XX en México, y que se usan en estas fechas por sus alusiones a la muerte festiva.
  • Calaveritas de azúcar: dulces en forma de cráneo hechos de dulce de azúcar, chocolate, amaranto y gomita entre otros. Suelen venderse en los mercados tradicionales llamados “Todos Santos”, además de tiendas comerciales o tianguis, etc.

Ofrendas

  • Pan de muerto: es un tipo de pan dulce que se hornea en diferentes figuras, desde formas redondas hasta cráneos adornados con formas de huesos. Se le espolvorea azúcar y se le añade anís. Muy similar a los huesos de santo tradicionales en España.
  • Flores: durante estas fechas las familias suelen limpiar y decorar las tumbas con coronas de flores de rosas y girasoles. Aunque usan principalmente el cempasúchil y la “flor de terciopelo”, las cuales se cree que atraen y guían las almas de los muertos.
  • Altar de las almas: se cree que las almas de los niños regresan el día uno de noviembre, y que las almas de los adultos regresan dos. Si no se pudiese visitar la tumba la familia elabora altares en las casas donde se ponen las ofrendas. Todo esto se coloca junto al retrato de los difuntos rodeado de velas.
  • Retrato del difunto: el retrato se ubica en la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas y frente a él se pone un espejo para que el difunto pueda ver el reflejo de sus parientes y estos vean a su vez al difunto.
  • Pintura de las Ánimas del Purgatorio: esta imagen sirve para pedir la salida del purgatorio del alma del difunto, por si acaso se encontrara ahí.
  • Doce Cirios: pueden ser menos, pero tienen que ser pares y preferiblemente de color morado, con coronas y flores de cera. Los cirios son señal de duelo. Si se colocan cuatro cirios en cruz representan los cuatro puntos cardinales, facilitando que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su casa.
  • Cruz: símbolo introducido por los evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catolicismo a las culturas indígenas. La cruz va en la parte superior del altar a un costado de la imagen del difunto y esta puede ser de sal, ceniza, tierra o cal.
  • Calabaza en tacha: ocupa un lugar privilegiado en la cocina tradicional prehispánica y en la actual. Es parte de la alimentación básica del país, junto al maíz, el frijol y el chile. Se aprovecha todo de ella: tallo, flor, fruto y semillas. El nombre de calabaza en tacha proviene del recipiente llamado “tacho”.

La preparación consiste en introducirla en un cesto de palma que se confita en las calderas donde se fabrica el azúcar. En la actualidad también se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente llamada también tacha. Todo esto con la intención de bendecir las casas.

  • Papel picado: artesanía mexicana que se elabora con papel de China recortado y formando figuras de esqueletos y calaveras. Se trata de una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento.
  • Vara de tejocote: se dice qu, gracias al apoyo de esta vara, el alma se abrirá paso hasta poder visitar a sus parientes. Por eso no se le deben quitar las espinas.
  • Arco de caña y flores: simboliza el paso a una vida de purificación y el abandono del cuerpo terrenal.
  • Copal e incienso: elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar.
  • Agua: refleja la pureza del alma y la regeneración de la vida.
  • Comida: se colocan en el altar alimentos tradicionales o los platos preferidos del difunto.
  • Bebidas alcohólicas: al igual que se presentan los platos preferidos del difunto, se hace lo propio con las bebidas, siendo estas denominadas como “tragos”.
  • Maíz: es la planta sagrada en las culturas mesoamericanas por lo tanto debe de estar presente en prácticamente todos los platos típicos. Se usa maíz de diferentes colores representando cada uno de ellos un punto cardinal.

Festival de los fantasmas en Halloween

Se trata de una festividad tradicional china celebrada la decimoquinta noche del séptimo día según el calendario lunisolar.

Además de la decimoquinta noche del séptimo mes solar, todo el mes en sí mismo es considerado como el “Mes del fantasma”, en el que los espíritus y ancestros salen del inframundo.

Taoístas y budistas realizan rituales para transmutar y absolver el sufrimiento del fallecido. El Mes de los fantasmas es un culto a los ancestros, donde la devoción de los descendientes se extiende a sus predecesores. Las tradiciones consisten preparar comida como ofrenda, quemar incienso y papel de incienso, preparar objetos como ropa fabricada con papel maché, oro y otros productos para los ancestros. Las comidas se sirven la mesa con una silla vacía por cada familiar fallecido, tratándolos como si estuvieran vivos.

Otra tradición es la de comprar y soltar pequeños botes de papel y linternas en el agua, con el fin de guiar a los fantasmas y otras deidades.

Tradiciones en otros países el día de Halloween

  • Alemania: durante la noche de Halloween se guardan los cuchillos para no hacer daño a los espíritus.
  • Madagascar: en este país se tiene como costumbre abrir las tumbas para vestir a los difuntos.
  • Austria: las personas dejan pan, agua y una lámpara encendida antes de irse a dormir.

Curiosidades de Halloween

  • Prohibiciones extrañas: en el estado de Alabama las leyes prohíben disfrazarse de cura. Por otro lado, en Belleville (Illinois), los mayores de 12 años tienen prohibido pedir caramelos.
  • Gatos negros: en EEUU hay refugios que prohíben adoptar gatos negros durante todo el mes de octubre, ya que podrían ser usados como sacrificio durante estas fechas.
  • Los niños se comportan peor: según la web IO9, juntar a niños disfrazados provoca «desindividualización«, lo que significa que los miembros de un grupo empiezan a preocuparse menos por las consecuencias de sus actos individuales, y eso desencadena que hagan cosas que no harían solos.

Un estudio en particular recoge que los niños disfrazados sin supervisión, que se reúnen en grupo, tienen más probabilidades de robar caramelos y dinero que los niños que no van ni disfrazados ni en grupo.

  • Chucherías: en Estados Unidos una sola persona puede llegar a comer entre 3.500 y 7.000 kilocalorías durante esa noche.
  • Comercialización: durante estas fechas se calcula que se gastan alrededor de 7.000 millones de dólares, siendo la segunda fiesta en la que más se consume tras la Navidad.
  • Pieles y cabezas de animales: según registros del Imperio Romano, las tribus asentadas en lo que es Francia y Alemania tenían como costumbre ponerse cabezas y pieles de animales para conectar con los espíritus.
  • Llegada a EEUU: los irlandeses que emigraron a Estados Unidos a mediados del siglo XIX fueron quienes exportaron esta fiesta al país norteamericano.
  • Récord Guinness: 30.919 calabazas fueron encendidas simultáneamente en el estado de Illinois en el año 2011.
  • Samhainofobia: miedo irracional a celebrar Halloween.
  • Tradición en Escocia: los escoceses tienen como costumbre colgar sábanas mojadas frente al fuego durante la noche, porque creen que así verán la imagen de su futuro marido.
  • Nabos: antiguamente los irlandeses tallaban caras terroríficas en nabos en vez de en calabazas debido a la leyenda de Jack-O’Lantern.